Artesanía Viguesa
Perdón por no postear en todo el finde pero es que fue bastante ajetreado no estuve delante del PC más de una hora seguida ^_^.
El trimestre en cativos ya ha empezado y a mí me tocó programar un día con Katia, la temática del día es "El coloso de Rodas", así que en un principio íbamos a hacer juegos de capturar la bandera, polis y cacos y estas cosas. Pero el otro día me dí cuenta de que con 10 chavales, en el mejor de los casos, mal íbamos a ir así que tocaba buscar programación alternativa.
No sé porque me vino esto a la cabeza, pero hace tiempo había visto en la televisión de galicia (para lo poco que veo la gallega, me tocan estas cosas XDD) un reportaje sobre un cestero, el único que queda en Vigo, cuando antes ocupaban toda una calle. Pensé que sería interesante para los chavales que le contara un poco de la historia de los cesteros vigueses, de su experiencia y que nos mostrara un poco como se hacían los objetos de mimbre. Así que el viernes, después de ver al fantástico Piedrahita y con todo su humor en el cuerpo, me decidí a pasarme por la calle de los cesteros a ver si encontraba el puesto del artesano y podía charlar con él.
Cuando llegué a la plaza de la constitución me encontré varias tiendas que vendían cestos de mimbre pero que no tenían pinta de ser muy artesanas, así que seguí mi busqueda. Después de tantear un par de tiendas más, me dirigí a la que más pinta tenía de artesana y me puse a hablar con la señora que estaba allí. Buenas noticias, había dado con el lugar adecuado. La señora me explicó que su marido estaba en el taller, y que había una aula de artesanía del concello en la que su marido daba clases a niños, pero que el fin de semana no habría. Me indicó donde estaba el taller y me dirigí hacia allí. El taller era grande, estaba el señor, (yo creía que sería mayor pero debe tener 50 años), y dos chicos más trabajando. Me atendió muy bien y parece que nos va a hacer un hueco, esta semana me llamará, o eso dijo, y ya concretaremos.
La artesanía es un arte que no deberíamos perder, aunque en estos tiempos que corren, donde no se valora el trabajo echo a mano y su esfuerzo, hay que entender que este trabajo se paga. El ambiente de las ferias, no solo por la ambientación y demás, es irrepetible y ningún centro comercial puede sustituir esa atmósfera encantadora. Apoyemos proyectos como el "Feito a Man" o ferias que se montan por los pueblos